En el ámbito de la salud mental y emocional existen muchas herramientas para cultivar bienestar en ti y Mindfulness es una de ellas pues, es una alternativa saludable y con evidencia científica que puede apoyarte en la gestión emocional, así como en el alivio del estrés y la ansiedad, además, te permite aumentar tu resiliencia, mejorar tus relaciones interpersonales y elegir mejores opciones para cuidarte en lugar de reaccionar en piloto automático olvidando ver por tus necesidades.
Bienvenida al mundo del Mindfulness. En este artículo, exploraremos qué es Mindfulness, cómo puede cultivar tu bienestar y por qué cada vez más personas están descubriendo sus profundos beneficios para la mente y las emociones. Prepárate para iniciar un viaje hacia una vida más consciente y plena.
¿A QUÉ NOS REFERIMOS CON MINDFULNESS?
Mindfulness es una palabra inglesa que en español significa Atención Plena o Consciencia Plena. Esto se refiere a llevar de manera «voluntaria» tu atención a lo que está sucediendo en «este momento, sea agradable o desagradable» con aceptación y sin juicio. Esto quiere decir, que la práctica de Mindfulness busca que admitas con amabilidad lo que está ocurriendo por muy doloroso que sea, con la finalidad de disminuir la resistencia.
RESISTENCIA: CAUSA DE NUESTRO SUFRIMIENTO.
En la travesía de la vida, todos enfrentamos desafíos que ponen a prueba nuestra capacidad para resistir y adaptarnos. Ya sea el estrés del trabajo, las responsabilidades familiares o las adversidades inesperadas, nuestra resiliencia se ve continuamente desafiada. En muchas ocasiones estas adversidades nos sobrepasan debido a la resistencia que ponemos ante lo que se está desenlazando.
La «resistencia» se puede entender como: «querer que las cosas que están sucediendo en este momento sean diferentes a lo que son», lo cual, nos lleva a una lucha incesante por buscar frenéticamente cambiar o quitar lo «desagradable», por lo que este enfoque nos lleva a sufrir.
ENTENDIENDO LA DIFERENCIA ENTRE DOLOR Y SUFRIMIENTO.
En nuestra experiencia humana, el dolor y el sufrimiento son sensaciones que todos enfrentamos, pero ¿sabías que no son lo mismo? Nos gustaría explicarte la diferencia entre dolor y sufrimiento, pues el hecho de que comprendas esta diferencia se hace crucial para transformar la forma de lidiar con las dificultades.
El «dolor» es una experiencia física o emocional inevitable que surge de circunstancias desagradables como una enfermedad, una pérdida o una lesión. Un ejemplo de dolor es cuando te golpeas un dedo del pie y sientes dolor físico inmediatamente.
El «sufrimiento» es una reacción o respuesta mental y emocional al dolor. Podríamos decir que es la capa adicional que añadimos al dolor mediante nuestras interpretaciones, juicios y resistencias. Un ejemplo sería cuando empiezas a pensar: “¡Esto es horrible! ¿Por qué a mí siempre me pasan estas cosas? ¡Mi día está arruinado!”, lo cual, incrementa tu malestar prolongando la experiencia desagradable.
Shinzen Young presenta una fórmula simple para entender el sufrimiento:
«La cantidad de dolor multiplicada por la cantidad de resistencia es igual a la cantidad de sufrimiento».
Si la variable de la resistencia disminuye a través de la aceptación, el sufrimiento también disminuirá y solo te quedarás con el dolor que en sí mismo es una parte natural de la experiencia humana y que es un aspecto inevitable de la vida.
Un ejemplo de esto sería el siguiente:
Imagina que estás ocupada con tus responsabilidades familiares, laborales y domésticas y sientes que no tienes tiempo para ti misma. Esto te lleva a experimentar dolor emocional, es decir, te sientes frustrada, agotada y desilusionada porque no puedes dedicar tiempo a tu bienestar (este dolor es inevitable). Por lo tanto, la resistencia te lleva a pensar -¡Nunca tengo tiempo para mí!, ¡Esto no es justo!, ¡No puedo seguir así!-, lo que te provoca emociones adicionales como ansiedad, tristeza e irritabilidad, llevándote a intentar hacer más cosas para compensar esta necesidad de falta de autocuidado, o también, puedes evadir lo que sientes con distracciones no productivas, lo que aumenta tu sufrimiento.
MINDFULNESS, UN ALIADO PARA ALIGERAR LA CARGA DE LA VIDA.
Tomando el ejemplo anterior y echando mano de las estrategias de Mindfulness es que se le puede dar un cambio de dirección a la manera en que te relacionas con tu experiencia, porque al llevar tu atención de manera voluntaria a lo que estás sintiendo sin querer evadir, te permite reconocer y aceptar que sentirse frustrada y agotada es una respuesta totalmente natural por tener muchas responsabilidades, esto es aceptar el dolor. Después, para disminuir la resistencia, el brindarte la oportunidad de observar los pensamientos y las emociones sin juicio y con paciencia, sin querer quitarlos, te permite dejar de luchar contra ellos, lo cual, a su vez, disminuye el sufrimiento. Este ejemplo muestra cómo la práctica de mindfulness puede ayudar a gestionar el malestar emocional y reducir el sufrimiento al cambiar nuestra relación con el dolor.
EL MINDFULNESS CULTIVA TU BIENESTAR.
Por lo tanto, la práctica de Mindfulness es beneficiosa para tu bienestar emocional porque te invita a observar las experiencias que surgen en este momento con aceptación y sin juicio, permitiéndote enfrentar el dolor con un corazón abierto sin querer huir, lo cual, rompe el ciclo del sufrimiento al cambiar nuestra relación con el malestar. Esta práctica no solo alivia el estrés y la ansiedad, sino que te permite un mejor manejo y acompañamiento de tus emociones, cultiva una mayor autocompasión y te brinda una mayor sensación de paz interior.
Mindfulness ofrece diversas herramientas para liberarte del sufrimiento de la vida, permitiendo sentirte cómoda con las incomodidades de la vida, dándote espacio para abrazarte con amabilidad, compasión y ternura en el presente ante la experiencia que sea que estés viviendo.
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